Camaradas:
Vaya por delante, y aunque se advierte en el título, que hoy traemos una no reseña del aclamado cómic biográfico Louis Riel que Chester Brown publicó en el año 2003 y en el que se relata la rebelión del pueblo aborigen de los Métis contra el gobierno canadiense, ideada y liderada en parte por el otrora granjero Riel. No es nuestra intención escribir una reseña concisa y con espíritu crítico. Si buscáis algo así, podéis dirigiros a los sabios que escriben en medios especializados, y por ejemplo leer ésta de aquí. Amén.
Para nosotras Louis Riel forma parte de los souvenirs que me traje de la primera expedición de mi vida al otro lado del gran charco. El cómic de Chester Brown me lo traje concretamente de Toronto el pasado abril, y lo compré en una de las tiendas de cómic más chulas que he visitado jamás (véase la foto, e imaginad que lo de dentro es unas cuantas veces mejor). The Beguiling Books & Arts es todo un icono en la ciudad, cosa de la que me enteré después. Sus dueños viven entregados a la promoción del cómic alternativo y underground en su paraíso atestado de novelas gráficas, cómics de grapas, fanzines, revistas y miles de llamativas publicaciones con un cierto grado de desorden encantador. Podéis leer más sobre este mítico lugar, que tiene una historia muy interesante, en su entrada en la Wikipedia aquí. Además, los dueños son los mismísimos organizadores de la Toronto Comics Arts Festival, lo que demuestra su increíble generosidad con sus coetáneos. Nosotras siempre aplaudimos a los libreros por vocación, aunque su servicio a la comunidad sea a veces denostado, poco apreciado, y apenas reconocido. No sé si hablé con Steve Solomos o Sean Scoffield, pero sí recuerdo a un tipo delgado, de grandes gafas de pasta, maravillosamente friendly -como todos los canadienses con los que me topé y conocí- que instantáneamente me recordó a Jarvis Cocker. Sí, desde luego que tenía esas pintas, aunque el pelo mucho más limpio. Y así se me ha quedado en la memoria; me enamoré un poco, no lo voy a negar. Quién no lo hubiera hecho. Sin llegar a infravalorar a mi tendero de cómic habitual y a los buenos amigos que me recomienda cosas acertadamente, pero me encantaría poder visitar The Beguiling todas las semanas y que fuese aquel neo Jarvis quien me recomendase caviar del bueno. Le dije que quería algo que me sirviera como recuerdo de Canadá. Sin dudarlo me dio el cómic de Chester Brown. Ya había pensando en ese autor como opción (que vive en Toronto, pero que en realidad es del Quebec) y, entonces, él me preguntó qué me gustaba, qué leía. Y me recomendó cosas. Y salí con Chester Brown, el primero de Parker, dos grapas de autores mucho menos conocidos (de esto algún día os hablaremos) y, además, pude encontrar el encargo que me habían hecho tras varias tentativas frustradas -aunque parezca mentira, no es tan fácil encontrar en Toronto a Guy Delisle en francés. Si alguna vez estáis por allí, no podéis, bajo ningún concepto, perderos esta tienda.
Yo estuve a punto de comentarle al Jarvioso vendedor que si le podía mandar por email un CV |
A Chester Brown lo voy a seguir leyendo, porque Louis Riel es un comicazo. Es un trabajo bastante fiel a lo que fue la vida de este rebelde y pensador, figura muy importante durante la formación de Canadá. Por supuesto, como en todo proceso de expansión geográfica, no es una historia dulce y seguramente a los patriotas canadienses no les haga mucha gracia ver reflejadas según qué acciones y actitudes de su gobierno. A mí me ha servido para conocer un poco más sobre la historia de este país que por razones obvias (¿a quién no le interesa de dónde proceden sus amigos?) forma parte de mis nuevos intereses y que nuestros libros de Historia y Geografía siempre se saltan. Canadá está ahí arriba, haciendo frontera con Estados Unidos y tiene mucha nieve durante muchos meses al año. Y poco más. Pero Canadá también tiene una historia de indios nativos muy interesantes. Así que si en general sois de los curiosos, Louis Riel os va a gustar. Mucho más emocionante que las películas de Mel Gibson, pues Brown no se ha cortado en ningún momento, y muestra lo mejor y lo peor de cada facción combatiente. Es una narración bastante objetiva, muy al estilo de la crónica, sobria, en blanco y negro, y con unas extensas notas al final por si alguien desean profundizar en detalles.
En español lo edita La Cúpula. Y por lo que sé no es un cómic difícil de adquirir ;) Si lo hacéis, o si lo habéis leído, ya me comentaréis.
Les dejamos también la web de The Beguiling aquí. Acaben de pasar un buen domingo. Nosotras quizá lo hagamos en compañía de Michael Caine.
Oh, yeah! |
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