Vamos a estrenar el mes de octubre con un cuento sobre un pájaro inconformista, que siempre va bien. El Señor Pájaro detesta hacer nidos y cantar en el coro con lo demás pájaros. Él aspira a hacer cosas interesantes y ver mundo. Y por eso, decide marcharse. Quiere ser otra cosa, como una almohada rosa o un erizo. Su máxima aspiración, como bien diría Malévich, es una vida ociosa en la que no tenga que ser nada, ni dedicarse a nada más que entregarse a la pereza. Por eso, disfruta siendo un muñeco de nieve, estático y tranquilo, o una zanahoria cómoda e inamovible bajo la tierra. No obstante, siempre acaba encontrando un pero a su nueva existencia. Y así va mutando, a la par que ve mundo y vive diversas aventuras.
Sin embargo, todo cambia cuando avista a la Señorita Pajarita. De repente, da carpetazo a todas sus aventuras e indecisiones. Porque tras su espíritu temerario y curioso, lo que le pasa al Señor Pájaro es esa maldición de no saber lo que uno quiere. Uno puede interpretar su inconformismo como la energía que le impulsa a probar distintas cosas y experimentar. Y no le faltará razón. Pero también puede identificarlo como un seria falta de determinación, una crisis existencial, algo peor: no saber qué hacer. Y no le faltará la razón tampoco. Su búsqueda bien podría ser su huida. Aunque nosotras nos decantamos por la primera opción, que nos hemos levantado optimistas. Quizá sea un análisis exagerado de una personaje que, ante todo, enamorará desde la primera página por su carácter revolucionario y emprendedor, y a nosotras en especial por esa pose de brazos cruzados tan a lo Jean Pierre Léaud.
¿Queréis saber el final? El amor lo puede todo. Incluso puede hacer que te guste lo que antes tenías y no valorabas lo suficiente. Será por eso que los hijos acaban con la vida de los padres, aunque tanto la criticaron. O quizá sea que al final uno se calma y al ver la realidad con más tranquilidad no se presenta tan fea. Uno retrocede y experimenta desde otro punto de vista. Y nadie puede negar lo atractiva y seductora que resulta la Señorita Pajarita.
Nosotras nos hemos sentido totalmente identificadas con el Señor Pájaro. Aunque él demuestra tener más agallas que vuestras humildes narradoras (Bruna aclara que hable por mí, que ella siempre y solo ha querido leer cuentos). Aplauso para todo aquél que decide cambiar su vida, darle un giro inesperado y no sólo soñar, sino materializarlo. Como tan sabiamente dijo Ródchenko, una máxima de vida: nuestro deber es experimentar.
Piret Raud es una ilustradora y cuentista estonia que demuestra gran maestría en el detalle. Sus ilustraciones están llenas de humor y perspicacia. Su visión del mundo animal no podía ser más divertida; su capacidad para relatar, tan acertada. En su haber tiene una decena de cuentos, pero al parecer de momento al español sólo se ha traducido este. Gracias a la editorial Zorro Rojo, que siempre nos trae delicatessens, y a la traductora, por supuesto, que en este caso fue Elena del Amo. Si os habéis quedado con ganas de más, siempre podéis visitar su blog aquí. Hay peces interesantes y esqueletos andantes.
See you soon!
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