12 mar 2013

La hora azul -- Massimo Scotti y Antonio Marinoni

No sé si en alguna ocasión habréis visto la película Lady Halcón. Y si, al igual que yo, la incluís en esa lista de películas que adoráis sin razón alguna porque os encantaron cuando érais pequeños. No sé bien por qué saco este tema para hablar de La hora azul de Massimo Scotti y Antonio Marinoni, que a principios de año publicó una de las mejores editoriales que también publica álbum ilustrado, la mejicana Oceano Travesía. Como le pasa a Matthew Broderick en la película, en este cuento el protagonista se acaba convirtiendo en el vaso conductor de la relación amorosa entre un misterioso y seductor conde (inmortal) y su amada, una señorita fantasmagórica del siglo XVIII. No falta el libro como elemento mágico, el diario de la muchacha en concreto (lo que me recuerda a ese otro niño leyendo en el ático del colegio y me pongo muy nostálgica). 


Nuestro personaje, Tony Tanner, es un flemático inglés al que conocemos a punto de coger un tren. Pocos minutos antes de poner rumbo a su destino,  Tanner descubre un curioso librito que resulta ser el diario de una joven que vivió hace siglos. Maravillado ante el antiquísimo objeto, decide quedárselo. Y una vez en el tren queda atrapado por la pasional historia que encierra en el interior del puño y letra de Hortense. Hasta tal punto que sin querer se convierte en cómplice de ambos amantes separados por el espacio tiempo. El escéptico Tanner verá tambalearse los cimientos de su razón y lógica, y se verá en una encrucijada que le hará cambiar por completo su manera de entender la vida. Como en todas las historias importantes, los personajes siempre acaban abocados a tomar decisiones drásticas.




La hora azul es una historia de amor. Y también un viaje existencial. Una increíble historia de pasión y un tratado de filosofía vital. Y como álbum ilustrado, un auténtico lujazo. A los amantes de este género se os va a caer la baba con el planteamiento que Marinoni hace de las láminas y lo bien que ha ensamblado con sus dibujos algunas de las ilustraciones pertenecientes a Tableaux de la Suisse de Béat Fidèle Zurlauben. Una especie de collage disimulado que distingue la primera escena del paisaje. Álbumes con efectos especiales, señores. 

Un álbum que os podríamos haber recomendado por San Valentín si creéis en estas cosas. Pero que ahora recomendamos sin dudarlo, pues lo importante es la decisión que toma Tony cuando se le plantea algo tan disparatado como auxiliar a la hermosa autora del diario. Porque por mucho que nos empeñemos en diseñar nuestro día a día, el mes, el año, los futuros cinco años, uno no puede prever ese instante mágico en el que aparece algo/alguien que de repente borra de un plumazo la lista de cosas por hacer y el orden de prioridades. Pero qué tranquilidad da saber que algo así puede suceder en cualquier momento para plantarle cara a la monotonía. Leedlo. 

¡Hasta pronto, hermanos! 






p.s. No nos olvidamos de los créditos:
Texto de Massimo Scotti -- Ilustraciones de Antonio Marinoni -- Edita Oceano Travesía (Daniel Goldin somos tus fans) -- Traduce Héctor Rodríguez de la O y Vale 16€ 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Acabo de terminar el libro. Me pareció una historia hermosa y tengo muchos sentimientos encontrados... Realmente quedé con ganas de una continuación a ese final tan abierto.
Pero si reflexiono sobre lo que has escrito, de que por más que planifiquemos nuestra vida, algo puede pasar de repente que modifique esos planes, la historia en sí tiene sentido y su propio final con ese cierre...
Creo de verdad que es un libro que merece la pena ser conocido. Coincido plenamente en lo que has dicho.