16 dic 2011

Estupefactas

Hoy no os traemos ningún álbum ilustrado; vamos a dejar los cuentos momentáneamente a un lado para comentar un par de opiniones que aparecieron el pasado 15 de diciembre en la Vanguardia y nos dejaron estupefactas.

Nos hubiera gustado enlazar el artículo en cuestión, pero los no suscriptores no pueden consultar la hemeroteca hasta pasados treinta días. 

El artículo en cuestión trataba sobre el fomento de la lectura y se les pedía la opinión a diversos escritores (de los que venden bien). En concreto, nos disgustó profundamente las opiniones de Lucía Etxebarría (lógicamente) y Quim Monzó.

Por norma general, todo lo que sale de la boca de Lucía Etxebarría nos suele disgustar. Todavía nos produce resquemor recordar la lectura/tortura de Beatriz y los cuerpos celestes. Sí, lo leí, por eso de ser justos y criticar al enemigo (sí, ¡enemigo!) con conocimiento de causa. La progre más madre del mundo opina que si uno desea que un joven lea un libro, debe prohibírsele dicha lectura. Lucía siente que ha descubierto América y se queda tan satisfecha consigo misma por recomendar a los padres y profesores el uso de la psicología inversa. Lucía se inspira en el efecto censura made in URSS y se cree que los niños son tan tontos como para pasarse a escondidas un ejemplar de Canigó si el maestro prohíbe su lectura. Que les dará morbo y querrán leerlo desesperados. Quizá piensa que es comparable a prohibir ir de discoteca, fumar y enrollarse con el kinky de la escuela. Bravo, Luci, bravo. Si nos prohíben asimismo pagar impuestos, ¿querríamos pagarlos? Si ya no pudiéramos entrar puntuales al trabajo, ¿llegaríamos cinco minutos antes? 

El señor Quim Monzó se decanta por ser él mismo el morboso y declara que si uno no quiere leer motu propio (metemos latín, que quedamos más cultos), que le den. Y se queda tan ancho. Un señor que vive de ello, ¿en serio quiere hacernos pensar que no le importa que la gente no lea? Podría usted ser (más) millonario. Y hasta cierto punto puedo entender que no sienta  responsabilidad sobre la cultura de los demás. Lo comparto. Me da igual si la vecina desconoce a todos esos rusos que hacen mi vida más plena. Pero dada su profesión, al menos, debería preocuparle el consumo. Es como si un médico testifica que si el paciente no desea recuperarse, que le den. Es como si un profesor, ante el alumno que insiste en ignorar las haches, concluyera, pues que le den. Eso sí, quedó muy enfant terrible, muy comentario de moderno, aunque un poco descafeinado porque ya no tiene tipo; los años, que no pasan en balde.

Los dos escritores coinciden en que obligar a leer no tiene sentido. De verdad, que maten árboles para esto... Monzó es capaz de percibir que la lectura es apasionante. Pero ninguno comenta que se debe transmitir ilusión, cuanta más mejor; no parecen querer contagiar a los demás. Personajes apáticos e hipócritas. Deberían estar preocupados por la inminente muerte del lector. El lector es quien justifica la existencia del escritor, siempre. Deberían aspirar, ellos, afortunados de vivir de lo que realmente les apasiona, o les apasionó algún día, a transmitir esa ilusión, ese me gusta lo que hago. Lo que te hace feliz, compartido, te hace doblemente feliz. Pero, claro, eso es ser altruista por el simple hecho de serlo. Demasiado pedir. 


Yo principalmente deseo que la gente lea por dos motivos: primero, porque vendo libros. Y si la gente dejara de leer y comprar libros definitivamente, pues bien, ya no serían necesarias las libreras. Si no hubiera todos aquellos que necesitaran consejos puntuales, cierto empujón, que pusieran a un robot, no a una librera. Y por mucho que critique a ciertos autores, y que piense que la mayoría lee mierda, no me importa. Mientras lean. Eso sí, tengo la cruzada personal de vender tantos El maestro y Margarita de Bulgákov como pueda. Porque nos hará a todos mejores personas. Porque me gusta la gente de buen gusto, y si puedo contribuir un poco, mejor. 

Y segundo, y más importante, me preocupa que mis sobrinos no lean. Me horroriza. Por eso, me enorgullece que mi sobrina de 7 años sienta verdadera afición, y por ella, no es que mate monstruos, pero si la puedo guiar y ayudarla a encontrar cosas con mejor calidad, y que deje de creer en un Dios caduco, bien, mi existencia estará justificada. Que le guste tanto la colección Hipótesis de Kalandraka, como tía, me alegra el día. Y también me alegra saber que he podido por fin enganchar a mi madre al libro, despegarla un poco del Sálvame. Aunque sea a costa de regalarle a Zafón y Nieves Herrero porque es lo que le gusta y le llena el alma. 

Porque leer nos da tantas cosas y tantas sensaciones, que ni Ausonia. Sí, me ilusiona la gente que lee. Adoro a los lectores. ¡Leedme! No puedo ni quiero vivir sin vosotros. Os trataré bien, no os mandaré a paseo en la vida. 

Añado y concluyo, ya va siendo hora... Señor Monzó, que le den a las cacatúas que me empujan en el metro si no leen; que le den a Esperanza Aguirre si no conoce a Saramago; que le den a los imbéciles como usted (soy de barrio, qué pasa), pero no menosprecie de esa forma tan barata las campañas de fomento, que principalmente se dirigen a NIÑOS Y JÓVENES. Yo por ahí no paso. Que la gente es imbécil en general, como masa, cierto, pero que nadie se meta con los que pasada la pubertad quizá serán maravillosas personas, de buen gusto, MUY lectores. Que se metan con la gente gastada y hastiada como usted. Pero no con los futuros cuentistas.

Hemos dicho.


Over.   

2 comentarios:

Lamasthu dijo...

Muy buen artículo de opinión. Lo de Lucía Etxebarría no merece ni comentario, pienso que esta mujer ya pasa directamente de ser escritora, si alguna vez lo fue, porque lo que intenta es que la lleven al Sálvame y ganarse la vida de otra manera. Quim Monzó, por otro lado, siempre ha tenido esa fama de ir de subversivo, de cínico simpático por así decirlo, como persona siempre me ha parecido que interpretaba un papel así que tampoco me sorprenden sus declaraciones. Es triste que una grab mayoría de personas no le interese la lectura pero más lo es que los escritores se desmarquen de esta manera como si la cosa no fuese con ellos.

Jen dijo...

¡Gracias, Jörg! La que está liando Etxebarría en estos momentos...